Militante desconocido se autoproclama "cerebro" de la operación causa armada
Según un perfil público se llama Juan Pablo Hudson. Afirma ser periodista y miembro del CONICET. Es de Rosario y vive en La Plata.
Por Hugo Alvarez (*)
En una serie de artículos de su autoría sostiene que junto al Ex Defensor Gabriel Ganon, el Diputado Eduardo Toniolli y organizaciones sociales planearon una estafa que les costó seis años de cárcel a trabajadores policiales inocentes y casi 1.000 millones de pesos al Estado Argentino.
Los artículos escritos por Juan Pablo Hudson no ocultan su ira: responsabiliza directamente a la Multisectorial Contra la Violencia de Rosario el que hayan perdido el juicio en la causa armada.
Este llamativo militante describe en una serie de artículos como ÉL junto a el Ex Defensor Gabriel Ganon (destituido de su cargo por falsificar firmas y representar casos de manera irregular) armaron la causa que dejó una reguera de daños irreparables.
Treinta personas inocentes encarceladas, tres madres de los acusados muertas durante el proceso, seis años de prisión preventiva cruel, inhumana y degradante a diez trabajadores, la familia de Franco Casco hoy abandonada y sin respuestas, y en el medio, unos 1000 millones de pesos que se llevaron los abogados que "desinteresadamente" representaron el caso, el cuál -según Hudson- fue una creación suya.
"Desde La Plata yo los condeno"
"El riesgo de delegar por completo las investigaciones en las instituciones (...) es quedarnos sometidos a la construcción de las hipótesis de los poderes de turno. Una investigación militante no se reduce a ser apéndice de la justicia".
Con estas palabras se despacha Hudson responsabilizando a les miembres de la MCLV (Multisectorial Contra la Violencia Institucional) por el voto fulminante que emitieron los jueces Ricardo Moisés Vázquez y Eugenio Martínez Ferrero.
Más allá del enojo del militante exiliado, es evidente que el postulado de "delegar por completo las investigaciones en las instituciones" es algo que en un primer momento no molestó a Hudson mientras se siguiera la línea que ellos querían (falsa denuncia, causa armada, condena errónea). El hecho reprochado por el quejoso de que "les militantes debían investigar" fue algo que escapó por completo a los intereses de estos.
Durante los años de lucha e instrucción del caso, no apareció un solo referente de las organizaciones que diera una razón clara, precisa y circunstanciada sobre porque se empeñaban en acusar a trabajadores inocentes.
En radios, en diarios y en todos los medios a nuestro alcance los invitamos a debatir: en 9 años y hasta el día de hoy nadie accedió.
Ninguno pudo dar una entrevista donde explicara la mecánica de la muerte de Franco, cuántas juntas médicas se habían hecho, cuántas autopsias, que decían los informes histopatológicos, la anatomopatología, que sostenían los 33 testimonios de las personas que habían estado detenidas en la comisaría y qué relación podían tener esos testimonios con la evidencia científica.
Cuántos informes de video habían confirmado que Franco se había ido de la comisaría, cuántos testigos afirmaban que lo habían visto el día 7 de octubre vivo y cuantas evidencias sostienen que se fue de la dependencia por su propio pie.
Esa jungla de información excedió la voluntad de les militantes quienes preferían sostener un discurso aprendido, realizar escraches públicos y más allá del postulado simbólico, histórico, cultural y hegemónico sobre el cuál funcionan las bases de sus organizaciones mentales y militancias, jamás entendieron ni quisieron entender nada más.
"Sin mí no son nada"
"La Multisectorial cumplió con eficacia una labor: instalar el caso públicamente y evitar que la causa continuara siendo instruida (destruida) por la justicia provincial. El cambio finalmente resultó frustrante. No implicó mayor rigurosidad en la investigación".
En este pasaje, el militante ofendido directamente vapulea a sus ex compañeros, y de paso ataca a la justicia provincial al igual que a la justicia federal (a quienes habían presionado mediante escraches para que tome el caso).
Lo cierto es que la investigación duró más de tres años, tuvo a cuatro fiscales (Santiago Marquevich, Marcelo De Giovanni, Guillermo Lega y Claudio Kishimoto), fue instruida por el Juez Carlos Vera Barros, revisados los recursos por los camaristas Aníbal Pineda, Sebastián Gallino y Fernando Lorenzo Bárbara, y posteriormente, se analizaron recursos extraordinarios en Casación por los jueces Ana Maria Figueroa, Diego Barroetaveña y Daniel Petrone.
El expediente acumuló más de 7000 fojas, se hicieron 2 autopsias, 2 necropsias y se realizaron 2 juntas médicas.
Intervino el cuerpo médico forense de la Corte Suprema de Justicia de Santa Fe, así como el cuerpo médico forense de la Corte Suprema de la Nación, e incluso el EAAF (equipo argentino de antropología forense).
Toda la investigación acumuló material suficiente y contundente para que les trabajadores policiales fueran declarados INOCENTES en un juicio histórico que duró un año y medio, por el cuál pasaron más de 200 testigos y se ventilaron evidencias que llevaron a que les trabajadores fueran absueltos de culpa y cargo, es decir, la justicia consideró que el delito investigado NO EXISTIÓ.
Arma causas, el pueblo te repudia
Los datos de marras jamás estuvieron en la mente de Hudson, o si lo estuvieron fueron voluntariamente omitidos en sus publicaciones.
Allí donde el militante desconocido se autoproclama "cerebro" de la operación causa armada -y se autoincrimina poniéndose como autor material de una estafa procesal que pronto tendrá una investigación objetiva e imparcial- las publicaciones de Hudson serán parte de la prueba que pondrá a más de uno ante la justicia para que esta emita veredicto.
El veredicto de la historia ya está escrito; ELLOS SON INOCENTES: CAUSA CASCO = CAUSA ARMADA.
(*) Presidente de la Asciación Civil Inocente Colectivo
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