Tensión en la Bonaerense por los policías fallecidos por Covid-19 en los últimos 60 días

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Durante lo que va de la pandemia se registraron 64 muertes, pero casi la mitad se produjo desde marzo hasta hoy; cierre de dependencias e incertidumbre por la falta de vacunas.

Por Gustavo Carabajal

l menos 64 policías bonaerenses fallecieron por Covid-19 en un año de pandemia. Pero el dato que hoy más preocupa a la tropa de la fuerza más numerosa del país, en el distrito más castigado por la pandemia, es que casi la mitad de los decesos (30) se produjo en los últimos 60 días, es decir, en la explosión de la segunda ola del coronavirus.

 

 

Incertidumbre porque las vacunas -de la marca y origen que sea- no llegan a los uniformados asignados a realizar los controles para el cumplimiento de las restricciones fijadas por el DNU presidencial 241. E indignación por el fallecimiento de cuatro camaradas en otros tantos días contribuyeron, en las últimas horas, a crear un ambiente de tensión en gran parte de los 90.000 efectivos de la fuerza de seguridad provincial. La situación es tan grave que se dio el caso de una comisaría que debió ser cerrada porque un tercio de su dotación se contagió con el coronavirus. 

El panorama expuesto por policías consultados por LA NACION contrasta notablemente con la información oficial de la administración encabezada por Axel Kicillof, que afirma que fue vacunado el 29% de los 110.000 efectivos del ítem que denominó “personal de seguridad”.

En la información oficial no se detalla a qué se denomina “personal de seguridad” y si incluye a policías bonaerenses y guardiacárceles del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB). El Poder Ejecutivo bonaerense sostiene que se vacunó a una cantidad importante de la fuerza de seguridad.

No obstante, representantes de los policías que, por ejemplo, radicaron recursos de amparos en los que solicitaron vacunas y la provisión de elementos de bioseguridad, afirman que apenas el 7% de los 90.000 efectivos recibió al menos la primera dosis de la inmunización. 

“Por motivo de registrarse casos de Covid-19 positivos en esta seccional policial y, con el fin de resguardar la integridad física de los denunciantes, la misma permanecerá cerrada momentáneamente y se procederá a derivar a los denunciantes a las comisarías cercanas”, rezaba un cartel colocado en una de las ventanas de la comisaría de La Reja, en el partido de Moreno.

Ante la difusión de la novedad entre los vecinos y al tomar estado público la noticia sobre el cierre de la comisaría, los responsables del Ministerio de Seguridad bonaerense ordenaron al jefe de la Estación Policial de Moreno que concurra a la seccional, retire el cartel y normalice el funcionamiento de la dependencia.

Una situación similar se registró en la comisaría 1a. de Moreno, donde hubo diez policías contagiados de Covid-19. En la seccional de La Reja fueron 11. En ambos casos, además de entre los policías hubo casos de Covid-19 positivos entre los detenidos.

Hace una semana se registró una revuelta en la comisaría de Trujui. Allí, 32 presos alojados en calabozos con capacidad para 16 reclusos tomaron como rehenes a dos policías. Tres días después, policías y detenidos comenzaron a manifestar síntomas de coronavirus.

En el Ministerio de Seguridad, a cargo de Sergio Berni, negaron que se hubieran cerrado aquellas comisarías y afirmaron que se instalaron tres vacunatorios para policías: en la Estación de Policía de La Matanza, en Puente 12; en la escuela Juan Vucetich, en Berazategui, y en Merlo.

Según fuentes oficiales, desde que comenzó la pandemia se contagiaron de Covid-19 al menos 18.000 de los 90.000 efectivos de la fuerza de seguridad provincial, y prácticamente todos se curaron. Actualmente están en pleno proceso de la enfermedad, con carpeta médica por coronavirus, poco más de 2100 efectivos.

Por contagios de Covid-19, en la seccional de Banfield tuvieron que cambiar tres comisarios en menos de 45 días. Debido a la cantidad de casos positivos de coronavirus la dependencia funcionó con la dotación mínima y tuvieron que reforzarla con policías de los Comandos.

“Una de las principales causas de contagios entre los policías de las comisarías radica en la cantidad de presos alojados en las seccionales. Los efectivos deben recibir cada día a los familiares de los detenidos, que concurren a llevarles comida. Además, si bien a las comisarías se les quitó mucho personal para que pasen a los Comandos y para recorrer las calles de la jurisdicción, los vecinos continúan radicando denuncias en las dependencias”, explicó a LA NACION un veterano suboficial.

Uno de los factores de preocupación entre los policías es la juventud de los efectivos fallecidos. Está como dramático ejemplo el caso de la sargento Sonia Soledad Fernández, de 38 años, que se desempeñaba en la Estación de Policía de Florencio Varela y murió a causa del Covid-19.

“La cantidad de los policías fallecidos en los últimos 60 días se acrecentó por la circulación comunitaria de la cepa de Manaos, que afectó al personal joven que no sufría ninguna patología de base. Por tal motivo, presentamos tres reclamos ante el Ministerio de Seguridad, ante el gobernador Kicillof y ante la Justicia para obtener elementos de bioseguridad, vacunas y la posibilidad de que autoricen tratamientos paliativos para los efectivos que se contagiaron”, expresó Luis Tonil, presidente de la Defensoría Policial.

Fuentes: La Nacion / Canal 13

APROPOL Noticias

 

 

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