FORMOSA: La policía que criticó la acción de la policía

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Una suboficial de la Policía de la provincia de Formosa estalló en las redes sociales al ensayar una catarsis en contra de las malas condiciones laborales en la que trabajan los uniformados. Inmediatamente recibió el apoyo de los internautas.

 
En su muro del Facebook, Rocy Andino (Celeste Gómez), quien fuera cabo de la Policía de la provincia de Formosa, escribió una carta titulada “¡Tengo ganas de no ser más policía!” donde con bronca y tristeza detalla su situación particular y el de la mayoría de los agentes y personal subalterno de la fuerza con sueldos bajos, una justicia ineficiente que liberaba delincuentes más rápidos que lo que llevaba atraparlos y entre otras cosas la corrupción de la cúpula. En su muro, Celeste Gómez dice lo siguiente:
“¡Tengo ganas de no ser más policía!
 
Amo mi profesión, siempre puse mi trabajo por encima de todo, hasta de mis propios hijos.
9 años vestí el uniforme y me siento orgullosa, siempre lo honré y siempre trabajé para la justicia y para la gente.
 
Con lo poco que tenía al alcance, con tan bajos recursos, y cagándome de hambre, siempre cumplí.
 
Anduve en patrulleros que yo misma ataba con alambre, para poder ir a asistir alguna víctima. Lloré de impotencia cuando morían inocentes, sin poder hacer nada.Me vine a casa y me desvelaba pensando en la escena del crimen, buscándole mil vueltas para encontrar a los culpables.
 
Pasé mucho frío, noches enteras tirada en algún techo, algún pastizal, esperando que aparezcan los delincuentes que agarrabamos pero en dos o tres días ya estaban fuera.
Lavé mis borcegos para no sentirle el olor a cadáver cuando pisaba algún accidente. Sufrí, al ver la pobreza mientras pasaba en el patrullero por alguna villa. Puse dinero de mi bolsillo, que saque de la comida de mis hijos, para pagar el gas, la luz, algún repuesto que hacía falta en la unidad.
 
Fui a los cursos de perfeccionamiento, a las charlas de leyes, estudié todo para no fallar en la calle y nunca fallé.
 
Puse mi pellejo en juego al tomar decisiones rápidas y solucionar problemas.
 
Me comí cien piedrazos, y miles de escupitajos sin decir una palabra.Hice dedo al costado de la ruta para llegar a trabajar, porque no tenía plata para el colectivo.Alquilé en lugares que se llovían, porque mi sueldo nunca me alcanzó, dormí sentada, parada entre cartones.
 
Me cagué bien de hambre y de asco. Pensando que yo estaba colaborando en un mundo más justo y seguro para todos.
 
Asistí a todos los recargos sin reprochar nada.Perdí a mi familia porque no todos entienden mi trabajo. Me esforcé para ser mejor, hice ejercicios para que no se me escapen los chorros.Vi mi uniforme mojarse con las lluvias, la nieve, mis pies endurecerse por el frío.
Almorcé un bizcochito porque no daba para más.
 
Y hoy ya no se que pensar.
 
Nunca la justicia valoró mi trabajo. Nunca la institución me reconoció nada, al contrario, cada vez que pudo me hundió.Por opinar con la verdad.
 
Denuncié a los jefes corruptos y recibí varios traslados en un año porque yo molestaba denunciando irregularidades.
 
Yo me creí el verso de policia, honor y gloria…y es mentira.
 
Veo que mueren colegas y no hay marchas. Vi como a mis compañeros le dieron perpetua por defenderse. Vi como la gente hace marchas por ni una menos, y cuando nosotros morimos les da igual.
 
Vi como Blumberg movilizó el país por la muerte de su hijo, y al esposo de Lourdes el Jefe de policía le dijo que se calle la boca y sea más hombrecito.
 
Y hoy veo el caso Solano, donde la justicia condena sin pruebas a siete policías porque los derechos humanos y todo el circo que arman llenaron la sala de audiencia.
 
Estamos solos y abandonados y mal pagados.
 
Dejamos mucho, por una miseria de sueldo por vestir un uniforme que ya no infunde respeto de nadie.
 
No quiero ser más policía no tiene sentido. O te matan los delincuentes o te mata la justicia. Que triste estoy, tengo mucha bronca.
 
La bronca que se siente haber amado tanto, haber invertido tanto en una profesión hermosa, pero muy bastardeada.
 
Tal vez Argentina y mi provincia funcione mejor sin policías.
 
Que los jueces agarren ellos mismos a los chorros.
 
Que los derechos humanos se defiendan solos.
 
Que los delincuentes trabajen tranquilos sin nadie que los persiga.
 
Que los políticos se cuiden solos.
 
Que los jefes que saben tanto, resuelvan el problema ellos mismos.
 
Y que todo funcione mejor sin nosotros”.
 
APROPOL Noticias
 
 
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