Un móvil en llamas, dos policías baleados y un trasfondo narco: la historia del tiroteo en la ruta 19 que irá a juicio

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Santa Fe - Sucedió en 2018 a la altura del cruce de la ruta 13 y por el mismo un suboficial y un oficial de Agencia Provincial de Seguridad Víal de Santa Fe fueron baleados tras chequear un automóvil con que transportaba cocaína y marihuana.

El tiroteo de la autovía 19, que en marzo del 2018 terminó con un suboficial y un oficial de la Policía de Seguridad Víal de Santa Fe internados en un hospital de la ciudad de San Francisco y que dejó además un móvil de la fuerza en llamas en la localidad de Josefina, deberá ser juzgado en el Tribunal Oral Federal de Santa Fe luego de que el entonces fiscal subrogante de la ciudad de Rafaela, Javier Arzubi Calvo, eleve la causa a juicio.

 El requerimiento se dio en los últimos días del mes de diciembre y solicitó que los tres imputados que tiene el caso, Pablo Nicolás Ludueña (24), Aquiles Hernán Ludueña (23) y Gabriel Omar Ludueña (42), todos oriundos de Frontera y San Jorge, sean acusados en un juicio oral y público por los delitos “homicidio doblemente calificado por el uso de arma de fuego y por la condición de funcionarios policiales que revisten las víctimas”, “robo calificado por el uso de arma de fuego”, “incendio” y “transporte de estupefacientes”. El pedido de juicio también fue Caterina Andrea Botto (24) y Daniel Osvaldo Moreno (41), ambos implicados en la causa por “encubrimiento”.

 

La medida judicial desvinculó además la participación de los agentes de la policía vial, Matías Cuevas y Matías López, que apenas se inició el expediente fueron procesados por el juez federal de Rafaela, Miguel Abásolo, por “encubrimiento de transporte de drogas”. Sin embargo, meses después, un fallo de la Cámara Federal de Apelaciones de Rosario revocó el procesamiento tras hacer lugar al planteo que hicieron las defensas de los acusados, a cargo de Germán Corazza, Eduardo Jauchen y el defensor oficial, Marcelo Cerdá.

Para la Fiscalía, los Ludueña aquella noche coordinaron la venta de estupefacientes (cocaína y marihuana) con Daniel Osvaldo Moreno el cual iba a ser entregado en la ciudad de San Jorge. Sin embargo, en el camino, el plan tuvo un imprevisto y entre balas y fuego, el designio se vio frustrado.

A los tiros

La turbia secuencia ocurrió la noche del 9 de marzo del 2018 cuando faltaban algunos minutos para que llegue la medianoche. Cerca de las 23.45, un Toyota Corola (EHL-231) pasó por puesto de control de la Agencia de Seguridad Vial en dirección al este, ubicado en el kilómetro 94 de la autovía N° 19, entre Clucellas y Estación Clucellas.

Allí, los efectivos López y Cuevas, ordenaron al conductor que detenga el auto para así identificar a los ocupantes. Ninguno de los dos imaginó en ese entonces que en tan solo cuestión de minutos se iba a desencadenar una de las situaciones límite que jamás olvidarían en su vida.

Cuando el oficial López efectuó el control documentológico del vehículo, pudo conocer que el chófer del mismo no tenía la documentación del automóvil y lo que era aún más sospechoso: tampoco llevaba consigo sus documentos personales. En ese entonces, López observó que dentro del auto había uno de los ocupantes –el que se encontraba en el lado del acompañante- que armaba un cigarrillo casero por lo que solicitó realizar una revisión exhaustiva del coche. Y para lograr un mejor procedimiento, el oficial sacó las llaves del auto y se las entregó a López.

Según consta en el expediente judicial, Ludueña (Aquiles) salió del auto y de entre sus prendas sacó un resolver Colt Modelo Police Positive 38 Especial con la que abrió fuego contra López (Matías) cuando el agente se encontraba cerca de la camioneta policial. El disparo fue certero, impactó en la zona abdominal provocó que el uniformado cruce la ruta y trate de resguardarse detrás de un guardarail. Los disparos continuaron y uno de ellos fue contra Cuevas, que desprevenido por la tensa situación, recibió un balazo en su cabeza (que tiempo después causó un trauma permanente).

El cruce de balas continuó luego de que el ocupante del auto le sacó el arma reglamentaria a Cuevas y posteriormente se subió a la camioneta de la fuerza junto con los otros dos acompañantes. Pese a que López intentó repeler el ataque, los Ludueña se marcharon a toda velocidad. Inclusive, los investigadores detectaron que los disparos continuaron con el arma que le habían robado a Cuevas.

Abandonada y prendida fuego

La camioneta Volskwagen Amarok de la Agencia de Seguridad Víal fue hallada horas después a 500 metros al sur de barrio Acapulco de la localidad de Josefina, sobre la calle interprovincial (calle 1) que delimita la mencionada localidad y la ciudad de San Francisco. En cercanías a la localidad de Frontera, una las zonas con mayor índice de conflicto por la penetración de bandas criminales ligadas al narcotráfico.

El vehículo oficial de la fuerza, quedó estacionado en contramano, sobre margen izquierdo de la calle 1, con su frente orientado hacia el cardinal sur. La puerta del acompañante estaba abierta, mientras que el resto del chasis se encontraba complemente incendiado. La destrucción había sido total.

Durante esa noche, personal policial y de pericia realizó por la zona un rastrillaje y encontró en un predio rural, lindero a donde fue incendiada la camioneta, gran parte de los elementos que le fueron robados a Cuevas y López en la autovía 19. Los sellos con el nombre de López, escudos de la Policía, chalecos, el arma Bersa modelo Thunder 9 Pro, calibre 9x19, el arma Col 38 Special que habría usado Ludueña, un teléfono marca LG, dos balanzas digitales, una cuchara de metal y un encendedor.

Vinculados

La pesquisa judicial profundizó una serie de elementos que permitieron, de a poco, situar a los Ludueña como quienes estuvieron presentes en la balacera que casi les costó la vida a Cuevas y López.

Si bien forman parte de la causa numerosas escuchas, una de las pruebas que generó un claro estado de sospecha sobre los imputados es que el título del auto del Toyota Corolla fue encontrado el 11 de marzo del 2018 en la casa de Frontera del padre Pablo Ludueña, quien justamente la noche del ataque denunció, pasada la medianoche, que le habían robado su coche “tres hombres”, justamente después que se dio el tiroteo.

 

Además, existe un informe de telefonía celular AMX Argentina S.A. que registró el impacto de una llamada en una antena de Clucellas de un abonado cuya propiedad sería de uno de los ocupantes de los tres implicados que tiene el caso.

Finalmente, una pericia de huellas realizada por la Dirección Criminalística y Estudios Forenses del Escuadrón Seguridad Víal de Rafaela de Gendarmería reveló que un teléfono celular encontrado cerca de donde fue hallada la camioneta -un LG- tenía rastros de huellas que serían compatibles con las huellas de uno de los implicados.

 

Fuente: Aire de Santa Fe

APROPOL Noticias

 

 

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